Generar las condiciones para gestionar los conflictos laborales, mediante el diálogo constructivo entre trabajadores y empleadores, y que, a través del procedimiento de conciliación, se generen los mejores acuerdos para ambas partes, siempre bajo los principios de confidencialidad, buena fe, legalidad, imparcialidad, equidad, neutralidad, y con fundamento en las bases de los mecanismos alternativos de solución de controversias.